La firma Vale do Rio Doce
decidió postergar su proyecto
Potasio Río Colorado (en el arco de la
minería en Mendoza ) a pesar de haber
invertido ya unos u$s 2.180 millones, habiendo alcanzado el 40% de grado de
avance de la mina. Para el mercado local se trataba del proyecto más ambicioso
de los últimos años: inicialmente estimaba producir unos 2,4 millones de
toneladas al año de cloruro de potasio, y luego llegar a los 4,3 millones
durante al menos 45 años, erigiéndose en la mina de cloruro de potasio más
grande del mundo.
Durante la etapa de construcción representaba 4.500 puestos
de trabajo directos y 7.000 trabajadores de las Pymes encadenadas, lo que
representa más del doble de la generación anual de empleos por parte del sector
privado y el 4,5% del empleo en el sector privado provincial.
El proyecto era muy significativo para la economía
mendocina, que se había asegurado un 75% de compre local en la provisión de
insumos (abastecidos por unas 250 firmas locales de los sectores metalmecánico,
transporte y logística, servicios profesionales).
Cuando estuviera operando a capacidad plena, los ingresos
fiscales provinciales asociados a la actividad (ingresos brutos, regalías)
habrían resultado equivalentes a lo recaudado por el impuesto automotor, y un
50% más que el inmobiliario.
Dado que la mina procuraba abastecer parte del elevado consumo
de cloruro de potasio de Brasil, también proyectaba una reducción del déficit
comercial bilateral que registra nuestro país.